Buenas noches queridos hivers!

Aquí estoy esta noche uniendome al Reto Recuerdos Vintage de mis amigos de Spanish City quien nos invita sumergirnos en el baúl de los recuerdos en busca de elementos valor.

Al ver este hermoso reto no dude, sobre el tema sobre el cual hablaría en mi posteo: Nuestras abuelas, pilares en nuestras vidas.

Les iré presentando mis abuelas y a una tía abuela quién ha sido muy importante en mi vida. Ella fueron, son y serán las verdaderas joyas que atesoraré para siempre en mi corazón.

Al comenzar a esbozar la idea de mi posteo note poco a poco comenzaron a florecer los recuerdos. Estuve pensando mucho en mi abuela paterna que con sus casi 94 años, está dentro de todo bien de salud pero algo lejos para verla tan seguido como uno quisiera. Si bien estamos a 700 kilómetros de distancia, esto no es un obstáculo para que sigamos teniendo contacto frecuentemente, ya que hablamos muy seguido por teléfono y cuando mi hermano va a visitarla hacemos videollamada por Whatsapp para vernos un rato y sobre todo para que pueda ver a sus bisnietos, aunque sea detrás de la cámara de un smartphone.

Se extraña, el poder compartir el día a día, el no poder ir a almorzar un domingo o bien ir a visitarla después de salir del trabajo. O quizá prepararle una rica comida como cuando nosotros éramos pequeños. LLega un momento en la vida en que comenzamos a devolver con gratitud todo lo que ellos han dado y hecho por nosotros.

Ella es la única abuela que continúa con vida, y espero poder disfrutar de ella por muchos años más.

Les voy a contar un poco la historia de mi abuela materna Nina con quien hemos vivido desde el año 1986 hasta el año 1996 año en el que fallece.

Para contarles un poco sobre mi abuela necesito comenzar por contar un poco la historia de mi familia. Con mis padres viví hasta el año 1986 en el microcentro de la Capital Federal en el piso 12 de un edificio. Nos criamos prácticamente encerrados en el departamento salvo alguna pequeña escapada a la plaza del barrio, que mucho no se podía ir porque en aquel entonces el problema de la droga y el vandalismo era un tema importante. Mis padres trabajaban los dos por lo cual quedamos al cuidado de la Abuela Inés. Se imaginan que junto con mi hermano 2 años mayor que yo y mi hermana 3 años más chica eramos pura energía contenida. Las salidas de los fin de semana no alcanzaban para bajar nuestra ansiedad. Los tres teníamos bicicletas las cuales estaban intactas, practicamente sin uso.

Sobre principios del año 1986 fallece mi abuelo materno y mi abuela entró en una gran depresión y ya no podía permanecer sola, sin cuidados, por lo cual a mi papá le salió el pase en el trabajo y decidieron venirse para Bahía Blanca que por ese entonces era una ciudad muy tranquila.

La Abuela Nina vino allá por el año 1952 a la Argentina desde Italia escapando de las secuelas de la 2da guerra mundial y de la miseria que había en su país. Emigraron en busca de un mejor futuro.

Como todo italiano siempre fue muy estructurada con sus cosas y sus costumbres. El living de su casa lo utilizaban pocas veces, solo en oportunidad de algún acontecimiento importante, el sillón estaba prácticamente sin uso, el garage lleno de conservas, sus plantas impecables y su jardín en un lugar hermoso para disfrutar.

Ni bien llegamos a Bahía Blanca mi abuela repuntó notablemente su estado de salud; fue como regar a una planta que se estaba secando por falta de agua.

Claro, pobre abuela cuando logró reponerse se dió cuenta que cuatro demonios para ese entonces habíamos tomado su casa. Su casa ya no era suya, su inmaculado sillón ya tenía huellas de los saltos que dabamos con mis tres hermanos y sus conservas y latas con galletas ya no existían. Pobre abuela, como la hicimos renegar, pero le devolvimos la vida, la hicimos sentir más viva que nunca.

Con el correr de los tiempos y a medida que fuimos creciendo, nos fuimos aplacando un poco y le pudimos dar la tranquilidad que ella tanto necesitaba.

Mi abuela Nina pasó de todo en su vida, Las dos guerras mundiales, el fallecimiento de su hija mayor por tétanos, supero un cáncer de mama y finalmente fallece en el año 1996 después de un estado avanzado de alzheimer. Como se la extraña a la viejita linda!, como se extraña cuando nos decía "Santa Madonna", cuando la hacíamos enojar.

Más allá de eso siempre fuimos muy compinches aunque de vez en cuando nos peleabamos.

Por último, quiero presentarles a mi tía abuela Narcy (en la foto, la 2da comenzando desde la izquierda), hermana de mi abuela Inés, quién ofició de Abuela cuando nos vinimos a vivir a Bahía Blanca, ya que vivía en Punta Alta, una ciudad que queda apenas 30 kilómetros de mi ciudad. Era la hermana con quién mi abuela Inés tenía mayor afinidad.

La tía Narcy era de esas viejas (dicho cariñosamente) cancheras que le gustaba vivir la vida. Nunca se casó, ni tuvo hijos, por lo que nos convertimos en los netos que nunca tuvo.

Yo solía ir los sábados a pasar todo el día. Llegaba para la hora del almuerzo y volvía a la noche lleno como un sapo.

Pobre tía hacía ñoquis para los cuatro y como mis hermanos muchas veces no me acompañaban me terminaba comiendo mi porción y la de ellos.

Todos los 30 de octubre iba a pasar los cumpleaños con ella. Almorzabamos juntos y a la tarde venías de visita las "chicas", creo que si sumabamos la edad de todas hubiésemos llegado fácilmente a los 1200 años. Si bien todas eran bastante mayores conservaban un espíritu muy juvenil y nos quedábamos hablando toda la tarde. Ellas quedaban fascinadas de que yo con mi edad fuese a pasar todo el día con mi tía y conversara con ellas toda la tarde.

Por suerte siempre tuve mucha afinidad con la gente mayor.

El día que falleció fue uno de los días más tristes de mi vida.

Después de fallecida, los primos de mi papá decidieron que el equipo de mate y la mesa ratona en la cual compartíamos todas las tarde fuese para mí, lo cual guardo como un tesoro desde hace 15 años.

Este es lo que encontré en el baúl de los recuerdos que tienen y tendrán un gran valor en mi vida. Tres hermosas mujeres con quienes he compartido increíbles momentos y a quienes llevaré para siempre en mi corazón.

La primer foto es de mi autoría y fue tomada con mí cámara Panasonic Lumix FZ150, la segunda foto la tomé con mi celular Huawei GW y las últimas dos son escaneos del álbum familiar y ninguna es de mi autoría

Les dejo un gran abrazo a todos!

Abrazos